martes, 10 de agosto de 2010

Último día en Cochabamba

Parece mentira, pero ya ha pasado un mes.

Un mes vertiginoso de trabajo, diversión, acción, frío y calor. Viajes, cansancio y mucha satisfacción.

Nos hemos amoldado a este ambiente, esta vida y esta gente como si fueran nuestros, caminamos por las calles de Cochabamba como por las de nuestra propia ciudad. Pero llegó el momento de partir.

Divididas en dos, Raquel y yo empezamos a hacer maletas en pocas horas. Julio aún tiene dos semanas más de voluntariado aquí. Por un lado, la ilusión del regreso, de reencontrar a la familia, a los amigos, el calor del hogar (nunca mejor dicho. Dicen que es espantoso el verano español este año). Por otro lado, la tristeza de la partida, de dejar a los chicos que han compartido con nosotros su cariño, sus tareas y una parte de su vida.

De vez en cuando, alguien se acerca con un detallito, un regalo para que no les olvidemos... eso es imposible. Cientos de fotos quedan en el ordenador como testimonio de lo que hemos vivido. Cada imagen, cada nombre, cada anécdota quedan plasmadas ahí, como dentro de nuestro corazón.

No quieren que nos vayamos... o quieren meterse en nuestras maletas. Unos se lamentan, otros nos abrazan y no hay modo de moverse de un lado a otro. Los pequeñitos no son muy conscientes, menos mal. Hemos pasado gran parte de la mañana con ellos, repasando sus caritas, escuchando sus voces, para que nada de ello se pierda en el olvido.

Elena y Johny lo pasan mal, aunque sonríen. Y nosotros con ellos, es muy duro dejarles aquí, aunque sabemos que sus familias harán de ellos grandes personas.

Ahora, la mente está ya en casa. Los regalos comprados, los billetes de avión listos, el pasaporte y el visado en orden, imaginando la casa, los hijos, los padres, incluso el trabajo que llegará en dos semanas.

Es hora de partir, pero no quiero cerrar aún el blog... me gustaría, incluso en España, recordar momentos y personas que seguirán con nosotros siempre, a pesar de la distancia y del tiempo.

No tenemos palabras para agradecer a las Hermanas del Amor de Dios en Cochabamba por su cariño, hospitalidad, escucha, preocupación constante. Por lo que nos hemos divertido con ellas, lo que hemos compartido... Mati, Sole, Pure, Mechi, Casilda, Idelmina, Sandra y Marleny: GRACIAS DE CORAZÓN!!!!

Para el personal educador, una cariño inmenso, que lo merecen todo: Ingrid, Celia, doña Aydee, Anita, prof. Juan Carlos, Mechi, siempre en nuestros corazones.

No podemos olvidar al resto del personal del centro, que nos han puesto todo muy fácil, nos han enseñado mucho y nos han dado todo su calor: María, Germán, Luz María, el doctor Pastor, don Victor, don Eliseo...

NUNCA OS OLVIDAREMOS. GRACIAS AL CIE USERA POR SER LO QUE ES, POR LA GENTE QUE LO FORMA, POR LA VIDA QUE OTORGA, POR LOS CHICOS, POR TODO EL AMOR.

1 comentarios:

Rosario dijo...

QUIZÁS ESTÉIS LLEGANDO A ESPAÑA. Buen viaje y que encontréis muy bien a los vuestros. Ahora, que tengáis el merecido descanso. Un abrazo